La escalada es algo más que un deporte en el que predomina la fuerza física por encima de todos los demás aspectos, psíquicos y fisiológicos. Esto no quiere decir que la fuerza no tenga un papel importante en la escalada, por supuesto que esto no es así, pero antes que la fuerza física se encuentran unos aspectos sobre los que, debemos hacer hincapié.
Es de vital importancia. La escalada es un deporte de riesgo. El 50% de los errores que se producen en este deporte son debidos a descontroles y arrebatos causados por el miedo a una caída. Por eso lo primero antes de escalar debemos hacernos un esquema mental donde tengamos los siguientes puntos: autocontrol, serenidad, y consciencia de estar haciendo las cosas correctamente.
Conocer nuestras posibilidades. Nunca debemos apurar nuestras fuerzas, porque llega un momento en que no dominamos nuestros músculos. Si no se está seguro de algo hay que decir que no. Esto es de vital importancia, no solo para la escalada sino también en cualquier aspecto de la montaña y de la vida cotidiana.
Dominio de las maniobras básicas con la cuerda, saber asegurar correctamente a nuestro compañero, entendimiento con nuestra pareja y conocer técnicas de rápel, es decir técnicas de alpinismo para deslizarse por la cuerda, así como las técnicas básicas del arte de hacer nudos, nos supondrá el escalar sin más preocupaciones que el conseguir progresar y disfrutar de nuestra escalada.
"Más vale que sobre que no que falte". Esto no siempre es posible debido al elevado valor del material de escalada, pero sí que hay que tenerlo en cuenta siempre, ya que el salir a escalar puede ser una actividad agradable, pero se puede convertir en el peor día de toda nuestra vida si por falta de material o por un descuido nos encontramos atrapados en medio de la pared. Hay que, tener la cabeza fría y mantener la calma. Si nos encontramos en una situación extrema hay que agudizar el ingenio y tratar de resolverla como buenamente podamos. De nada sirve el agobiarse, tan solo para perder el control. El hombre es capaz de superarse muy por encima de sus posibilidades.
La técnica consiste básicamente de dos grandes grupos de elementos: el movimiento personal y el movimiento de cordada.
En el movimiento personal es imprescindible conservar el equilibrio dentro de la pared (o perderlo a propósito para recuperarlo con rapidez), para lo cual es muy útil:
En el movimiento de cordada se considera no a un solo escalador, sino a dos o más que usan la misma cuerda. Se debe contemplar la seguridad de la persona que va escalando en la punta. El puntero o persona en la punta de la cuerda se une a su compañero por medio de una cuerda. Al ascender o subir coloca en la pared varios anclajes que le detendrán en caso de una eventual caída.
Ocho doble gaza: Se utiliza para labores como elevar personas u objetos ofreciendo mayor seguridad. En salvamento se ocupa un lazo para sentarse y el otro para la espalda.
Nueve: Es un nudo empleado para el encordamiento (para unir el alpinista a la cuerda) y autoseguro gracias a su gran resistencia. Siempre irá rematado con un nudo complementario de seguridad (Pescador) lo más apretado posible.
As de guía de agua: Es un As de Guía con una presilla extra abajo del nudo, que lo asegura y evita que se apriete demasiado, especialmente si va a estar bajo el agua. No es un nudo que aguante muchas cargas.
Mariposa: Se utiliza para hacer gazas que no se deslizan en la parte media de una cuerda. Muy útil, por ejemplo, para las cordadas de alpinistas.
Arnés de hombre: Este nudo es útil para hacer una gaza que no se deslice a la mitad de una cuerda, de modo que una persona pase dicha gaza a través de su hombro (a modo de arnés) y le permita remolcar objetos más fácilmente. También se puede utilizar para hacer peldaños y agarraderas en una cuerda para trepar.