Tal vez no haya prenda de vestir tan universal como la guayabera, chaquetilla usada por los hombres desde hace varias generaciones en muchas islas del Caribe y en los países latinoamericanos.
El uso de la guayabera está muy extendido. Esta prenda, que antes era con frecuencia de lino y ahora es, por lo general, de algodón, forma parte de la cultura hemisférica hasta tal punto que no se sabe a ciencia cierta cuál es su origen.
Se cuenta que en el siglo XVIII, un rico terrateniente de Granada, España, se radicó en Cuba. Pronto empezó a quejarse de que su vestimenta acostumbrada era demasiado calurosa para el clima tropical de la isla, y mandó que le hicieran una especie de chaqueta ligera de tela fresca con cuatro bolsillos. Según algunos cubanos, ésa fue la primera guayabera.
La prenda le resultó tan práctica que fue adoptada por sus vecinos de Sancti Spíritus, ciudad a unos 370 kilómetros de La Habana. Ésta era también una zona donde se daban las guayabas que servían de comida de animales. Algunos habitantes de la cercana ciudad de Trinidad se burlaban de los de Sancti Spíritus llamándoles guayaberos, como si fueran ellos los que se alimentaban de guayabas y no los animales. Fue así que la prenda que usaban los guayaberos empezó a llamarse guayabera, o por lo menos ése es el cuento.
Igual que la guayabera original, la actual es ajustada como una chaqueta de safari y se lleva por fuera del pantalón. Suele ser blanca, pero también las hay beige, azules, grises y de otros colores claros. Tiene alforcitas que van de arriba abajo en el frente y en la espalda, o un bordado en hilo del mismo color de la tela en lugar de las alforzas del frente. Las costuras laterales quedan abiertas en la parte de abajo para dar libertad de movimiento. La guayabera tiene botoncitos en muchos lugares donde no hay nada que abotonar; si tiene bolsillos, dos van en el pecho y dos a la altura de la cintura. Hay una variación deportiva de mangas cortas, pero también las hay de seda o de lino para más vestir.
Durante la guerra de independencia de Cuba en la década de 1890, José Martí y otros cubanos llevaban la guayabera por patriotismo; simboliza la independencia. Con este legado esta prenda es muy importante para los cubanos que viven ahora en los EE.UU. y, desde hace años, en algunos círculos de Miami el primero de julio se celebra el Día de la Guayabera.
Muchos creen que la guayabera no es una creación de Cuba sino de México, donde la confección de guayaberas prospera. En Yucatán hay alrededor de 80 talleres donde las hacen. Más o menos la mitad de las guayaberas hechas en México se exportan. Los EE.UU. y las Antillas compran muchas de ellas, pero los países del Oriente Medio resultan también muy buenos mercados. Se dice que en México «la guayabera no es una moda pasajera. Es una prenda duradera».
La guayabera es lo que se lleva corrientemente en la mayoría de los países de Centroamérica desde Guatemala hasta Panamá. Sin duda es su comodidad la que encariña a la gente con ella. La guayabera es perfecta para la temperatura tropical que hay el año entero, sobre todo en la costa.
Algunos bolivianos, ecuatorianos y peruanos comentan que en su país la guayabera se tiene por prenda veraniega para los que no pueden gastar mucho en ropa. Para muchos es algo así como un uniforme.
En los EE.UU. el uso de la guayabera se está extendiendo, particularmente en los estados más meridionales. Si la categoría de la guayabera varía en algunos lugares, en los EE.UU. no es así. En este país ha llegado a aceptarse de tal modo en algunas zonas, que en los restaurantes y clubes particulares es considerada un buen sustituto para la chaqueta y la corbata.
Así y todo, la guayabera, de humilde origen, creada sólo pensando en la comodidad, es ahora casi una prenda chic. Aunque en muchos países son baratas, últimamente en algunas tiendas de los EE.UU. han empezado a aparecer guayaberas para el mercado estadounidense, y en tiendas desde Panamá hasta Puerto Rico se hallan algunas etiquetas de Givenchy, de la Renta y Dior.
Como algunos países del mundo están compitiendo por el mercado de las guayaberas y algunos ricos están dispuestos a pagar hasta 250 dólares por una guayabera de seda hecha a la medida, el porvenir de esta prenda parece estar asegurado.